
Las lenguas mantienen su vigencia a través de sus usuarios. Hay ocasiones en que una lengua se utiliza sólo para propósitos específicos, tales como en las ceremonias, los juegos, los cantos o las prácticas curativas. En estas situaciones se puede apreciar una fluidez total, o sólo el uso de ciertas frases, algún vocabulario específico o, a veces, apenas un conjunto de sonidos. El estado de una lengua tiene una relación directa con el número de sus hablantes, la forma en que éstos se distribuyen dentro de la población total, y el número de niños que hablan la lengua. Esta última información constituye un indicador importante en la evaluación del futuro de cualquier lengua, pues nos permite aproximar algunas respuestas acerca de su posible sobrevivencia y los pasos que se deben seguir para asegurar su mantención. Estas ideas están relacionadas con el estado saludable de una lengua que tiene que ver con la cantidad y calidad de uso entre sus hablantes.
Las lenguas “saludables” no sólo son utilizadas por la mayoría de la población, sino también en la mayoría de las situaciones de comunicación. Así, ellas deben ser autosuficientes, es decir, tienen que ser capaces de expresar cualquier idea que la gente necesita decir y comunicar. Mientras mayores sean las situaciones en que se utiliza la lengua indígena, mayores serán las probabilidades de su sobrevivencia. La autosuficiencia de la lengua también incluye la habilidad del grupo para crear términos y expresiones que representen los conceptos que son introducidos por la cultura mayoritaria.
Es importante tratar de mantener la lengua de un grupo de personas, porque ésta codifica y refleja la cultura del grupo que la habla. Las categorías de significados que son importantes en una cultura ingresan a la estructura y las reglas de la lengua de esa cultura (Bauman 1980: 2). Para los niños nacidos en la sociedad indígena los patrones gramaticales y el vocabulario utilizado en el medio escolar pueden parecer extraños y distantes. Es necesario que los profesores y los estudiantes manejen en forma consciente un conjunto de normas culturales diferentes con la finalidad de lograr un mejor aprendizaje en la sala de clases.
Las lenguas “saludables” no sólo son utilizadas por la mayoría de la población, sino también en la mayoría de las situaciones de comunicación. Así, ellas deben ser autosuficientes, es decir, tienen que ser capaces de expresar cualquier idea que la gente necesita decir y comunicar. Mientras mayores sean las situaciones en que se utiliza la lengua indígena, mayores serán las probabilidades de su sobrevivencia. La autosuficiencia de la lengua también incluye la habilidad del grupo para crear términos y expresiones que representen los conceptos que son introducidos por la cultura mayoritaria.
Es importante tratar de mantener la lengua de un grupo de personas, porque ésta codifica y refleja la cultura del grupo que la habla. Las categorías de significados que son importantes en una cultura ingresan a la estructura y las reglas de la lengua de esa cultura (Bauman 1980: 2). Para los niños nacidos en la sociedad indígena los patrones gramaticales y el vocabulario utilizado en el medio escolar pueden parecer extraños y distantes. Es necesario que los profesores y los estudiantes manejen en forma consciente un conjunto de normas culturales diferentes con la finalidad de lograr un mejor aprendizaje en la sala de clases.
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